La primera regla para escribir poemas cuánticos es apegarse a lo siguiente, por lo cual los poemas ya no serían cuánticos en tanto la existencia de reglas.
Autor(es): Darío Enrique Sánchez Carballo
ISBN (electrónico): 978-958-8004-48-8
Año: 2018
DOI: https://doi.org/10.52043/ERAX8094
La otra noche encontré a mi amigo Carlos en pantaloneta, sentado en un predeterminado e indivisible banquito de madera hallábase muerto como sabemos que está eso a él no le importaba, era feliz porque yo lo inspeccionaba mientras en su discontinua soledad ya nadie lo veía.
Reseña:
Al poeta Darío S. Carballo le conocíamos su infinito amor a la poesía y esa manera arquitectónica de dar forma y pulir sus versos, como pudimos apreciarlo en sus poemarios 49 Habitaciones y Retrovisor. Ahora Darío nos sorprende con Materia oscura, una suerte de poemas cuánticos en los que aborda, como lo dice en esa primera regla al inicio del libro ‘El brillo del amor tras un lente renovado’. Poesía cuántica en cuanto a que desde su estructura juega con paradojas y desasosiegos que le dan contenido a esa necesidad de ir descubriendo la existencia a través de versos llenos de historias con profundidad matemática.
Darío pone un ojo en el cosmos y otro en lo diminuto y entonces, la magia de la poesía nos lleva a la incertidumbre, que, como unidad central de su libro, nos indica sin artificios como las reglas son ausentes, reglas que en el pasado euclidiano suponíamos inamovibles en líneas paralelas que nunca se tocaban hasta que se tocaron en curvas invisibles. Así son sus poemas: más allá de la imaginación y que van de lo que no ven sus ojos a escrutar su territorio literario, tan móvil que puede habitar en su mirada bajo una almohada o en el amor de una antigua tragedia griega.